A pesar del corto tiempo que tuve de vacaciones, déjenme decirles que fue una de las mejores de los últimos tiempos. Tuve tiempo para hacer muchas cosas, para poder reencontrarme conmigo mismo, para poder disfrutar de la vida con mi familia, para poder retomar viejos hábitos; como les digo, me alcanzo el tiempo para poder hacer muchas cosas.
Terminando el ciclo, me di cuenta de que mi cuerpo me pedía con ansias estas vacaciones, no solo por el cansancio físico, que tenía debido al poco tiempo que tuve para dormir, sino tambien por el estrés que tuve durante los 4 meses de estudio. Recogí mis notas de la universidad e, inmediatamente, me fui de viaje a Trujillo, para ser más precisos, me fui a Huanchaco.
Estuve una semana en esa hermosa playa. Los días fueron espectaculares, me despertaba y me iba a la playa, pasaba todo el día ahí, me metía a nadar, me ponía a leer periódicos, revistas y libros que llevé. Recuerdo que empecé a leer el libro de Gabriel García Marquez, “Cien años de soledad”. Lo leía cada vez que iba a la playa. No saben la sensación que se siente cuando estás ahí, leyendo, se siente un placer y un relajo verdaderamente inolvidable e indescriptible. Por la tarde, regresaba a mi hospedaje y me duchaba escuchando radio. A mí me gusta escuchar Studio 92 mientras me ducho, sin embargo, la emisora no tenía buena señal. Mientras estuve allí escuchaba Radiomar o Panamericana. Al terminar, mientras me cambiaba, veía algo en la televisión. No suelo tener programas favoritos últimamente. Es por ello que solo la prendía y ponía cualquier canal, de preferencia algo de noticias para saber que es lo que iba sucediendo, que es algo importante. Algunas noches salía a pasear y a conocer gente. Los pobladores de ese lugar son muy sociables y muy amigables. Me contaron muchas historias y nos hicimos amigos en el poco tiempo que compartí con ellos. Así pasé mis días por allá. Disfrutando del hermoso paisaje y haciendo, lo que la gente de allá dice, lo que salga en el momento.
Al regresar a Lima, retorné a mi casa. Yo vivo en San Martín de Porres, cerca al nuevo centro comercial, Plaza Lima Norte. Por ese lugar están haciendo un “by pass”, y como ustedes comprenderán, cuando hay ese tipo de obras, el tráfico se vuelve insoportable. La verdad que me gustaría mudarme a otro lugar mas tranquilo, mas calmado. Donde no haya muchos pandilleros y donde el “atraco” no sea el pan de cada día. Al día siguiente de haber regresado, me encontré con mis amigos. Fuimos a comer algo y a conversar. Me preguntaron como me fue en mi viaje y les conté todo. Luego fuimos al cine. Vimos la película “Eclipse” de David Slade. Me pareció interesante y muy entretenida.
Los días siguientes la pasé con mi familia. Salimos a varios lugares. Hace tiempo que no disfrutaba tanto el tiempo con mi familia. Hablábamos y nos comunicamos de una manera única. Así pasaron los días y era el tiempo de regresar a la rutina diaria. Retornar al ICPNA, donde estudio inglés y regresar también, a la facultad, la de Ciencias de la Comunicación. Muchos me preguntan porque estudio esa carrera. “Creo que en mi facultad tengo la oportunidad de expresarme sin fronteras. Puedo hacerlo de múltiples maneras y combinar muchas de ellas para poder ir a la par de la actual globalizacón”- es lo que les digo siempre. Además ya estoy en los últimos ciclos y sería ridículo, creo yo, cambiarme a estas alturas. Espero que al terminar la carrera pueda hacer periodismo deportivo, que es lo que más me gusta. El deporte es algo necesario para mí y he practicado varios de ellos, así que creo tener una buena experiencia para poder realizar una buena labor. Creo que con los conocimientos que tengo sobre deporte, combinado con las herramientas que me ha dado la universidad, podría hacer un gran trabajo en el mundo del periodismo deportivo.
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